De concretarse la amenaza del presidente de Estados Unidos Donald Trump de regresar a México a todas las personas que ingresaron a su país y están a la espera de ser recibidos por un juez de migración, podría vivirse una crisis humanitaria, coinciden activistas.
Aarón Méndez, de la Casa del Migrante Amar ubicada en Nuevo Laredo, señaló que el Gobierno Mexicano tiene la obligación de dar atención a este sector de la población, porque su espera podría durar años.